viernes, noviembre 13, 2009

Lo Que Ha De Suceder, Sucede... [y no queda mas remedio que aceptar lo inevitable] - 4ª Parte & End.

De camino a casa, mantuvimos el silencio todo el rato, yo iba perdida en mis pensamientos, me sentía rara... por una parte liberada, como si me hubiera quitado un peso de encima, pero por otra me sentía tan triste, descubrir así, tan de repente, que han estado jugando contigo y que te han mentido sin ningún tipo de compasión, no es algo fácil de digerir. Pero, por otro lado, estaba Sara, no podía evitar mirarla, tan seria, con la mirada fija en la carretera, los ojos le brillaban de una forma distinta, el verde hacía reflejos extraños a la luz de las farolas y realmente, estaba preciosa, de momento giró la vista y nuestras miradas se chocaron, yo la aparté inmediatamente y noté como me sonrojaba, Sara soltó una pequeña risita – ¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor? – Dijo al tiempo que metía la marcha, mirando fijo al frente – Eh... me siento un poco rara, pero desahogada... – Paré unos instantes – Muchas gracias por todo lo que has hecho por mi... – paramos en un semáforo, me miró – Pero si no he hecho nada, solo le he dado lo que se merecía, jejeje... – Finalizó dando un puñetazo al aire – No me refiero a eso, me refiero a todo, gracias por todo... – cogí aire – Supongo que ya no tengo excusa para quedarme en tu casa, dijimos que solo me quedaría hasta encontrar a Chris, y bien... ya la he encontrado... – todo esto lo dije mirando por la ventana, no podía mirarla a los ojos – Bueno... supongo que si... pero... – se detuvo - ¿Pero que? – Dije yo – No... nada... nada... es una chorrada... – Dijo mirando al volante – En serio, dímelo... ahora quiero saberlo... – Me miró y una sonrisa se dibujó en su cara – Bueno... yo... – “¡¡¡MEEEEEEECK!!!” el claxon del coche de atrás resonó con fuerza, asustándonos a ambas, Sara volvió al volante y metió la marcha.. – Buff... vaya susto – Dijo finalmente – Si... jejeje... – Dije yo aun un poco sobresaltada - ¿Qué me estabas diciendo? – Concluí – uy... no lo recuerdo... ya te lo diré cuando me acuerde, es que con el susto... – finalizó la frase con una risita nerviosa, evidencia de que mentía, sonreí por dentro, no sabía que me quería decir, pero seguro que no era malo...

Llegamos a casa alrededor de la una de la madrugada, era tardisimo, lo primero que hice fue meterme en la cocina y preparar dos cacaos calientes, a Sara le encantaba beber cacao antes de dormir, ella entró directamente en su cuarto, cuando preparé los cacaos, fui a su habitación y entré sin llamar, estaba a medio desvestir, poniéndose el pijama, no advirtió mi presencia, pues no hice apenas ruido, estaba de espaldas a mi, sin camiseta y sin sostén, no pude evitar embobarme mirando su cuerpo perfecto, su espalda era asombrosa, me fascinaba, siempre que la miraba de espaldas me quedaba atontada, incluso con la camiseta, flipaba con esa curva perfecta, los hombros... todo... se puso la camiseta del pijama y empezó a darse la vuelta, antes de que me viera, salí y entorné la puerta, acto seguido, llamé - ¿Se puede? Te he preparado un cacao... – anuncié, como si nada hubiera pasado – ¡Oh! Perfecto... Muchas gracias, eres la mejor, ahora salgo... – Se que es pronto para decirlo, pero... desde hace mucho tiempo siento algo por Sara que la presencia de Chris me frenaba, pero ahora, no puedo evitar sentirlo, cada vez es mas fuerte y siento cosas que nunca había sentido por Chris, no se que me está pasando, pero no quiero irme de aquí... Quiero quedarme con Sara, la necesito... Estaba tan metida en mis pensamientos, como siempre, que no advertí la presencia de Sara a mi lado, me abrazó sacándome así de mis ralladuras de cabeza, di un pequeño bote, pues me asustó, sentí su risa en mi cuello, correspondí el abrazo y nos quedamos así, no se cuanto tiempo, de repente ella se separó un poco de mi y exclamó - ¡Ay! ¡¡Que se nos enfría el cacao!! – Y empezó a andar, conmigo de la mano, hacia la cocina, una vez allí cogí uno de los vasos y se lo entregué – Toma, está justo como te gusta, ni muy frío ni hirviendo... – Yo cogí mi vaso, ella sonrió ampliamente al tiempo que daba un sorbo, nos fuimos al comedor y nos sentamos en el sofá y mientras nos bebíamos el cacao ella dijo – Emm... Lo que te quería decir antes... es... que, bueno, que me he acostumbrado a ti y... Esto... bueno, que no quiero que te vayas... – Enrojeció, y se terminó el cacao de un solo trago, yo sonreí, dejando escapar una pequeña risita – No sabes cuanto me alegra oír eso... yo tampoco quería irme... estoy muy a gusto contigo – dije al tiempo que daba un pequeño sorbo, sonrió, yo me terminé el cacao, nos tumbamos en el sofá, Sara encendió la tele, pero no la vimos, pues nos quedamos dormidas, abrazadas, como en nuestro cumpleaños.

Transcurrió una semana, en la que hicimos vida normal, eso si, había una tensión sexual en el ambiente que cada vez se soportaba menos, pero nos empeñábamos en comportarnos como amigas, no se si por miedo o que, pero seguíamos haciendo una vida normal de compañeras, aun que, notaba como ella me miraba cuando yo miraba hacia otro sitio y yo aprovechaba para mirarla cuando ella no me prestaba atención... era como una especie de juego, pero cada vez se hacía mas intenso, y ya empezaba a ser difícil escapar de las situaciones limite, sin empezar a besarnos desesperadamente... siempre con excusas tontas y chorradas, para romper la tensión de una forma distinta a la que las dos deseábamos.

Una tarde, Sara vino a buscarme a la “BookShop” a pié, había terminado antes y yo ya trabajaba también por las tardes, de vez en cuando. Jesús y Sara se habían hecho muy amigos, de echo Jesús pensaba que Sara era mi novia, jeje... por eso tenía tan buen rollo con ella y cuando venía a buscarme siempre me dejaba salir antes, así que, como era de esperar, esa tarde no fue distinta, como aun era pronto, fuimos a dar un paseo, siempre manteniendo las distancias, pues con el solo roce de su piel ya me entraban escalofríos... estabamos bastante lejos de casa, andando, andando y hablando de los acontecimientos del día nos habíamos alejado sin darnos cuenta, de repente como si de un grifo se tratara, empezó a diluviar de una manera descomunal, cosa bastante usual en Londres, ninguna de las dos llevaba el paraguas, en un par de minutos acabamos empapadas y como ya estábamos mojadas nos daba igual correr que andar, así que paseamos también de vuelta a casa, bajo la lluvia.

Llegamos al portal, totalmente caladas, empecé a buscar las llaves en mi mochila, Sara estaba frente a mí, tenía su cara un poco mas abajo de la mía, pues yo estaba en el bordillo, de repente alcé la vista y me topé con la suya, sus ojos desprendían un brillo que nunca antes había visto, no se si por el agua, pero el verde era mas intenso, mas profundo, me perdí en el océano de su mirada, volví en mi al notar su mano en mi mejilla, me secó (o por lo menos hizo el intento, porque estaba igual de mojada que yo) una gota que resbalaba por allí, torpe de mi, dejé caer las llaves al suelo y cuando fui a agacharme para recogerlas nuestros labios se chocaron, primero un pequeño besito, que dio paso a uno un poco mas intenso y ya no pudimos frenarnos por mas tiempo, nos fundimos en un profundo beso, nuestras lenguas se entrelazaban, exploraban, ansiosas la una de la otra. Sin apenas separarnos, recogimos las llaves y como pudimos abrimos la puerta y subimos a casa, a trompazos conseguimos llegar hasta el comedor, para ese momento ya nos habíamos quitado mutuamente, la chaqueta la camiseta y los zapatos, nos terminamos de desnudar, entre besos y comentarios tipo “hay que quitarse la ropa sino pillaremos un resfriado” y entre risas y mas besos, acabamos tumbadas en la moqueta y enrolladas en la manta, el deseo, las ganas, la ansiedad con la que nos devorábamos era indescriptible, nuestras manos, entrelazadas, cuando no estaban recorriendo milimétricamente el cuerpo de la otra, nuestras lenguas, nuestras bocas, perdidas en la inmensidad de la pasión exploraban cada recoveco de nuestra anatomía, yo perdida en ella, ella sumergida en mi, mi boca en la suya, sus manos en mis caderas, las mías en su espalda, su boca en mi pecho, amándonos como si nunca antes hubiéramos amado, embriagadas de una pasión casi enfermiza y alimentadas por el deseo de ella en mi y yo en ella, entre gritos y suspiros y palabras de amor tanto tiempo anhelando salir de nuestras almas...

No se cuanto tiempo pasó, pero jamás había hecho el amor con tanta intensidad, sintiendo cada poro de su piel en la mía y viceversa, y nunca había experimentado el placer de tantas formas diferentes, y en tantos momentos seguidos... Dormimos, no se cuanto tampoco, entrelazadas, formando un solo cuerpo de dos, enterradas en la manta, acurrucadas en la moqueta...


Me desperté al notar el frío en mi espalda, Sara no estaba, me incorporé y escuche salir de la cocina unos “pop, pop, pop” y un zumbido algo escandaloso, al tiempo que un aroma a mantequilla caliente embriagaba toda la casa, eran palomitas de maíz... las adoraba... me enrosqué en la manta y me levanté, acercándome sigilosamente a la cocina, allí estaba Sara, completamente desnuda, con la tenue luz de un suavísimo rayo de sol dándole en los cabellos y haciendo que destellara un reflejo azul... esperando a que se hicieran las palomitas mientras exprimía unas naranjas, sacándoles hasta la ultima gota de jugo, casi lo que había hecho antes conmigo. La observé durante unos momentos, hasta que dejó de exprimir, entonces me acerqué por detrás abrazándola por completo con la manta, al tiempo que le daba un beso en el cuello, ella echó la cabeza hacia atrás apoyándose en mi hombro y me correspondió con un suave beso en los labios, acabamos de preparar el desayuno entre las dos, bueno, realmente no se si era el desayuno, la comida o la cena, pero para nosotras era la primera comida del día, por tanto, el desayuno...

Nunca, nunca con nadie viví la pasión y el amor de la misma manera que con Sara, ella fue la única, mi todo, esa mitad de mi alma, esa mitad de mi espíritu por la cual todos empezamos a vivir, yo tuve suerte y la encontré, por un capricho del destino, que me llevó hasta el lugar mas remoto para que allí apareciera, como mi ángel salvador, mi ángel guardián, ella me ayudó a descubrir cosas maravillosas, cosas que descubrimos juntas, el verdadero amor. Vivimos 11 años de intensas emociones, entregadas por completo la una a la otra, dos mitades unidas por fin, formando una sola alma...

Pero... nada es para siempre, por lo menos no carnalmente, un 24 de abril de 2010, mi alma abandonó su prisión de carne, cuando volvía del trabajo una tarde, a pié, como siempre... un coche, pilotado por un chaval sin ni siquiera la mayoría de edad, me arrolló pasándome completamente por encima, aguanté sin desmayarme, sin perder las constantes vitales, hasta que Sara estuvo junto a mi... me cogió la mano al mismo tiempo que me besaba cuidadosamente los labios, apoyada en la camilla de la sala de urgencias unos minutos antes de que me intervinieran para intentar salvarme, solo me quedaron fuerzas para expresar en unas cuantas palabras lo que sentía y así lo hice:

– Te quiero, mi niña –
– Yo también te quiero – las lagrimas no dejaban de escurrirse por las mejillas de Sara, yo no tenía fuerzas ni para llorar.
– quiero que sepas... que nunca, nunca te voy a dejar sola, siempre estaré contigo y con nuestra pequeña, seré parte de vosotras al igual que vosotras de mi... eso ha sido y será así... para siempre... –

Levante la mano que me quedaba libre y le sequé una lagrima, luego intenté acercar su cara hacia la mía, ella me ayudó, lo último que hice fue darle un beso, y mi alma, abandonó mi cuerpo para pasar al suyo. Ahora estoy instalada en el corazón de la que pronto será nuestra niña, Sara sale de cuentas en breve y aunque no podré conocerla físicamente, de alguna forma sigo viviendo por ella. Y se que Sara lo sabe.

Por eso no se rindió con mi muerte, no se rindió ante nada, no podía hacerlo, había alguien que la necesitaba, que nos necesitaba… y recibió con los brazos abiertos a nuestra hija, una niña preciosa, que llegó al mundo pidiendo a gritos ser amada por unas madres que aun sin verla ya la amaban desmesuradamente.

No se puede explicar el porqué de las cosas, después de encontrar por fin la felicidad, de encontrar el sentido de mi vida, tuvo que pasar lo que tanto tiempo atrás había deseado... porque, sólo cuando es el momento, lo que ha de suceder, sucede... y no queda mas remedio que aceptar lo inevitable*.

THE END.


*Cita de Lucía Etxebarria en “Nosotras que no somos como las demás”.





Ais... lo he escrito yo y aun asi me emociono cuando releo el final XDD pero en fin, tenia ke acabar asi... porque la vida real es así... lo he aprendido a base de golpes, solo cuando ya no lo deseas es cuando se te concede lo ke antes kerias... en lo bueno y en lo malo... siempre es así... o no? por lo menos en mi vida siempre ha sido así, pero gracias a ello, han pasado otras cosas que tenian que pasar porque el destino tiene preparado cada detalle de nuestra vida, y todo sucede en el preciso instante en el que ha de suceder... jeje...

en fin, espero que os haya gustado y no os haya decepcionado... y tambien espero que me deis vuestra opinion, ahora que sabeis el desenlace ^^ Gracias por dedicar un rato a leer esta historia, ke no es buena, pero si os ha parecido interesante, entonces vale la pena ^^

un Cat-Abrazo para tod@s!! y a ver con ke actualizo la proxima vez XDDD

6 Comments:

At 13/11/09 21:48, Blogger Dora said...

Aunque hubiese deseado un final diferente, me gustó muchísimo tu historia. ¿Es sólo una historia a tiene algo de real?.
El descenlace de la historia era lo que yo suponia, pero nunca pensé que tendría un final así, espero no haya sido una historia real, porque es una pena.
Gracias por compartir tu historia y espero que no sea la última. Ya sabes que siempre me tendrás por estos lados. Te felicito, escelente historia.
Un abrazo.
Llunere y Dora.

 
At 27/11/09 23:15, Blogger Dora said...

Hola Cat:
Qué pasa con ese fanfic de Xena, aún estoy esperando. He estado un poco ausente, pero he vuelto.
Un abrazo.

Llunere y Dora.

 
At 15/12/09 11:22, Blogger Dora said...

Hola Cat:

Perdón por no pasarme antes por tu blog, pero no he temido mucho tiempo, ahora me di unos minutos y pasar por cada uno de los blog amigos que tenemos.
¿Cómo has estado?
Espero que bien, cuando nos tendrás algo nuevo en tu bello blog?

No lo abandones mucho, mira que la gente tiende a alejarse cuando uno deja de publicar, me gustaria ver más del talento de Cat y no me refiero a tu historia , sino a lo que se, que tu puedes dar.

Un beso.

Llunere y Dora.

 
At 17/12/09 20:47, Blogger Dora said...

Hola Cat:

Yo otra vez, gracias por acordarte de nosotras,que bueno que tu gato esta mejor. Cuando uno tiene animalitos en su hogar sufre junto a ellos cuando estan enfermos.

Gracias por tu comentario. Cuídate mucho gatita.

Un beso.

Llunere y Dora.

 
At 24/12/09 07:04, Blogger Dora said...

MIAU, HOLA GATITA:

Pasando a visitar a una gatita, que nos visitó hace poco en nuestro blog, gracias por tu comentario y por lo que veo Renée O´connor es stu debilidad, se ve que estas loquita por nuestra chica Gabrielle, te la prestamos si quieres, pero sólo un poco, mira que el resto del tiempo, nos pertenece a nosotras, jajajaj, pero estamos dispuesta a compartirla contigo, quieres?.


Pasando a otro punto, cuando nos deleitarás con algo publicado en
tu blog, eres malita gatita, nos dejas esperando,tal como el gato espera en la carnicería.jajajaja.

Ya en serio, esperamos pronto
algo tuyo, ya sabes tu toqué personal, una letra de una canción, algún pensamiento tuyo, etc.

Nos estaremos viendo muy pronto.

Un abrazo.

Llunere y Dora.

 
At 10/1/10 06:39, Blogger Dora said...

HOLA GATITA:

¿Cómo está nuestra gatita?
Seguramente muy ocupada, por eso hice una escala por estos lados y me preguntaba, de que color eres o de que raza?. La verdad no importa como seas, sólo quiero pedirte que no dejes de ronronear, y acariciarte, en quienes agradecemos las cosas que nos entregas en tu blog. La gente tiende a olvidarte si te alejas, yo soy de las personas que no olvidan y no se alejan, tus razones tendrás para estar ausente en tu blog.

Quiero contarte algo, mi mejor amiga vive a 7 horas de distancia de donde yo vivo, nos conocemos hace muchos, pero a pesar del tiempo y la distancia eso no ha sido ningún impedimento para que nuestra amistad crezca, y no dejamos pasar mucho tiempo sin saber la una de la otra, en las buenas y en las malas. con poco tiempos o mucho tiempo, siempre
estamos en contacto, no me gusta alejarme de la gente que conozco y quiero. Yo no te conozco mucho, pero me caes bien y me gusta las cosas que publicas.Y me gusta darle el valor que cada uno se merece.

Sólo quiero decirte que le dediques tiempo a tu blog, y ragalanos tus obras.

Tus amigas del blog Xena y otras series.

Llunere y Dora.

Un abrazo.

 

Publicar un comentario

<< Home